miércoles, 4 de febrero de 2015

Mis amigos, donde estarán.


Reviso esa esquina del patio como quien vuelve a casa tras un largo viaje. Allí se acurrucaban conmigo Roque, Ana y Mario. Eramos piratas en el pacífico pero también viajeros espaciales. No había derrotas. Pintábamos la vida: el cielo de verde y el aire de malva. En invierno, de nuestra respiración salían burbujas de regaliz. Era feliz. En algún momento de mi vida Roque, Ana y Mario se diluyeron sin una despedida. Presiento que nunca volveré a encontrarlos entre este viento malva. Aún así espero sobre el cemento. Deseo volver a ser la niña sola de la esquina del patio.

3 comentarios:

  1. Muy bonito, y muy nostálgico... Rocío

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  2. Yo creo que todos de niños hemos jugado, alguna vez, con un amigo imaginario. Pero parece que tu protagonista ha tenido una infancia solitaria. Una historia muy bonita, y un poco triste. Me gusta mucho. Un abrazo, Lourdes.

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  3. Gracias RG y Luisa por leer el relato. un abrazo

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