La
inquisición no tardará en llegar: Ese era
el mensaje clave para saber el momento exacto en el que Hector cruzaba la esquina. Tres pasos después tenía un disparo
en la frente. En dos segundos estaba
tirado en el suelo. Matías no esperó
a ver sangre. Mandó un nuevo mensaje: excomulgado. Todo parecía
ir bien, sin embargo, algo fallaba.
Héctor no sabía morirse bien y se había torcido un pie en su caída. En
vez de permanecer pegado al suelo se retorcía agarrándose el
tobillo. Matías pensó que la verdadera derrota está en no saber morirse bien.
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