
Un buen actor nunca saca su máscara delante del público. Así, el que actúa es la máscara no el actor. En
el mercado de mi pueblo no hay hombres ni mujeres. Hay máscaras que esconden
actores. Máscaras sonrientes o serias según se entonen las palabras, según
llueva o haga sol. Las máscaras son traicioneras y toman una vida que el actor no
quiere. Pero siempre gana el que va delante. En la fiesta de máscaras del mercado
de mi pueblo hoy son todas trágicas. Tienen la sonrisa ladeada hacia abajo. De
los actores saltan, por el hueco de los ojos, lágrimas descompuestas que
resbalan acompasadas por el plástico blanco. Miran al
suelo. Allí está la muchacha muerta.
Alguien le dio la vuelta y la máscara quedó rota pegada al suelo en un charco
de sangre. El rostro, por fin liberado, está completamente blanco. Dicen que la mató un novio militar del que se
había enamorado. Dicen que se llamaba Carmen.
"Dadme una máscara para cubrir mi rostro. Una máscara sobre otra máscara. -William Shakespeare-.
ResponderEliminarBesos, Lourdes.
Una máscara siempre es un objeto con multitud de significados. Más besos Tomás
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