viernes, 5 de diciembre de 2014

Me pone nerviosa tu voz

-Me pone nerviosa tu voz
-¿qué es lo que no te gusta?
- el tono, el timbre, la intensidad de tus palabras, creo que incluso detesto el contenido. Y digo creo porque a menudo ni te escucho.
-No es cierto. Estás mintiendo. Nadie miente peor que una mujer despechada.
-No estoy despechada. Sólo encerrada. No me importa lo que haces con tu vida. ¿ crees que si me importa? ¿ crees que me ha importado alguna vez? No te he querido nunca. Lo que pasa es que a ti te gusta creer que todos te quieren. Pero no es así. Eres un ser impertinente.
-Típica excusa de mujer despechada. En el momento en el que no eres el centro de atención atacas. Eres como un oso hambriento. Jajjajaj. O mejor un tigre que saca las uñas y los dientes. Me habrías mordido ya si no tuvieras una boca pequeña y unos labios casi inexistentes.
- Solía gustarte esta boca. Y solían gustarte estos labios.
- Tu sí sabes usar las palabras. Solía. Pasado. Hoy mi única desgracia es estar aquí encerrado contigo.

- Ojalá fuera el camarote del Titanic y no el  Costa Concordia. Ojalá fuera otro tiempo…

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